El proceso de formación y crecimiento espontáneo de los barrios populares en el Perú se inició a partir de los años 70, acompañado de una crisis, como resultado de las profundas mudanzas que se dieron a partir del proceso contemporáneo de acumulación capitalista y la búsqueda de inserción del país en el mundo globalizado. A esto se debe incrementar el proceso excluyente y centralista de las políticas de ajuste y desregulación, que provocó, por su vez, una inmensa movilidad socio-espacial que trajo consigo el incremento de la pobreza y la marginalidad, la precariedad de empleo y de acceso a la vivienda y a los servicios urbanos, procesos de segregación, desigualdad urbana y exclusión social. A todo esto, se suma un déficit en la calidad de vida del ciudadano.
La movilidad socio-espacial de la cual nos referimos se configura en las llamadas migraciones, las cuales acarrean problemas de saturación de espacio y superpoblación en las ciudades mas desarrolladas de la costa peruana, como es el caso de Trujillo, Arequipa y principalmente La capital del Perú: Lima Metropolitana, que actualmente alberga una población de casi 8 millones de habitantes (cerca de un tercio de la población peruana).
Esta concentración y saturación de las ciudades costeras, sumado a la propia dinámica de producción de las mismas y la ausencia de políticas y planes – a través de los sucesivos períodos de gobierno – con un enfoque integral, holístico y sustentable, que incluya a la ciudad como un todo, envolviendo todas las esferas y ámbitos de desenvolvimiento, así como la participación democrática de todos los actores sociales, indujeron al progresivo y creciente proceso de producción y reproducción de la ciudad ilegal. Lee el resto de esta entrada »